jueves, 13 de mayo de 2010

La mañana en que me lo dijo todo.

E.: Koldo, te tengo que decir una cosa.
El garabato que me sacaba del sueño, sacándome así también de Tetuán en dónde me hallaba escribiendo cuentos al pie de una mezquita: mmm... ¿Que pasa pequeña?
E.: Tu poemas los puede escribir hasta un orangután.

Las sabanas tiemblan, la almohada se infla y se desinfla en el medio segundo en qué giro la cabeza y sus ojos verdes abren los míos, despertándome del todo. El calor apoderándose de los dedos de los pies.
K.: ¿Porque lo dices?
E.: ¿Jamás viste el planeta de los simios?
K.: Joder, a dónde quieres llegar, todo el mundo ha visto a Charlton Heston tirado a los pies de la estatua de la Libertad.
E.: el condenado pendejo estaba en el planeta tierra y no se enteraba de nada. A ti y a tu maquina de escribir os ocurre igual, se las pasan en el Olimpo del que hablaba Parra.

Los pies tiemblan. Resopló y murmuro: cagó en dios. Seguro de que aquella no sería una buena mañana se acurruco entre las sabanas
(“A ticket to Tetuán, please”)

2 comentarios:

  1. También quiero irme a Tetuán, a Tánger, o a cualquier parte. Gracias por visitarme. Eres un escritor de tinta entera.

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  2. Muchas gracias a ti por leer y escribir, por mantener tus blogs y creer en la literatura.

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